lunes, octubre 09, 2006

Una voluntaria nos cuenta, desde Etiopía

Ana Seco. Etiopía. - EL MERCADO DE ADDISS ABEBA


Hoy como algunas otras veces he tenido que hacer un viaje de ida y vuelta en el día a Adiss, esta vez, mi objetivo era comprar las telas para el desfile que mañana empezaré a preparar con mis alumnos. Como siempre en estos casos hay que salir de la misión con el sol, o sea, a las 6 de la mañana, me llevaba Tedros, el carpintero, el único etíope que conozco en Zway que tiene coche propio, pero, es que Tedros es un caso especial, fue recogido y criado por un Italiano, y sabe italiano e inglés bastante bién, es el que les hace los pupitres y los muebles de la escuela a las hermanas, y tiene un taller de carpintería que le va muy bién. Además de Tedros, y para aliviar y hacer posible mi periplo por el mercado venían una de mis alumnas, y una profesora de la escuela, Yenenesh y Busunesh, ( a esta última la estuve llamando durante mucho tiempo Butanasia la pobre, la verdad es que me costó mucho aprenderme los nombres de esta gente, y ahora, me parecen tan normales……).
Camino de Addiss, lo de siempre: adelantamientos a tres, perros muertos, caballos muertos que son devorados por manadas de perros, rebaños de vacas, cabras y ovejas.Niños que corren y mucha mucha gente, todos ellos circulando a sus anchas por la única carretera asfaltada de Etiopía, sin hablar de los camiones, buses, carros y bicicletas. Total, en la carretera impera la ley del oeste, los accidentes son muy frecuentes y no dejo de asombrarme de la de veces que en un solo trayecto nos jugamos la vida. El que conduce ha de estar concentrado, y la pita del coche no para de sonar. Un trayecto de 160Kmts nos lleva casi 3 horas, pero al llegar a Addiss, la cosa empeora, los atascos son tremendos, la polución de todos esos camiones y coches de hace 2 siglos es increíble, te dan nauseas y no sabes ni donde meterte, por supuesto, no se puede contar con que el coche de Tedros tenga aire acondicionado, bastante es que tenga coche.
Por las calles de Addiss, junto a los camiones, los taxis y los coches circulan también grandes rebaños de cabras y caravanas de burros, es realmente pintoresco, ninguno de estos contempla los semáforos, ni ceda el paso, que aunque pocos, existen, así que ya os imagináis el caos. Hay sin ir más lejos un cruce en Addis que se llama confution square, y nunca mejor dicho. Despues de ¾ de hora llegamos al mercado, dicen que es el mayor de Africa, la verdad no lo se, las hermanas nos han advertido mucho, pero Ani y yo fuimos varias veces y nunca vimos nada raro. Nos centramos en la zona de las telas que es lo que venimos a comprar, como es temprano no hay demasiada gente, los trabajadores del mercado son en su mayoría hombres y se componen de vendedores y porteadores que acarrean de un lado a otro a sus espaldas y sin mirar a quién o que se llevan por delante fardos inmensos de telas que en la mayoría de los casos no les dejan ni ver por donde van. Empieza el regateo, vemos algo que nos gusta, el problema es que estoy yo, y cuando los etíopes ven a un “ferengy”, los precios se disparan. Yenenesh explica que soy profesora, que estamos comprando para una misión, al cabo de un buen rato de explicaciones por fin llegamos a un buen precio en una tela, después vemos otra y vuelta a empezar, esto puede durar más o menos media hora, es agotador, afortunadamente, la gentileza Etíope viene a mi rescate, en cada puesto me ofrecían una banqueta para sentarme y así poder seguir ellos con sus regateos interminables, yo sentada y como no me entero de nada observo el ambiente a mi alrededor, en una esquina tres musulmanes leen el corán muy concentrados, a otro lado un anciano y un niño sentados en el suelo reciclan la tela de los sacos y hacen con ella cuerdas, por el suelo se arrastran lisiados y personas con malformaciones que van pidiendo limosna de puesto en puesto, la gente les da,( en Etiopía pasa una cosa curiosa, cuando alguien te pide limosna, si les contestas:”que Diós te lo de”( Exebier istelin) te dejan en paz inmediatamente y siguén su camino). Al principio, ver a esta pobre gente arrastrarse por los suelos me causaba mucha pena y me hacía estremecer por dentro, ahora, y hay que ver como es la naturaleza humana, aunque me sigue dando mucha pena, es casi como si formaran parte del paisaje urbano de Adiss Abeba, porque eso si que es verdad, nunca he visto tanta gente con malformaciones como en esta ciudad, he preguntado a varias personas el motivo y nadie ha sabido darme respuesta, me pregunto si en la guerra con Eritrea usaron algún tipo de arma química, o será como me dijo una enfermera que en todas partes los hay pero están en centros especiales y no los vemos.?
Siguiendo con el mercado, esta constuido sobre suelo de tiera, aquí y allá hay trozos con cemento, los puestos están hechos de Uralita y trozos de madera , yo sigo sentada,las telas que compramos se arrastran por el suelo de tierra cuando hay que doblarlas, de vez en cuando se acerca un hombre y habla conmigo algo en Inglés, lo de siempre, de donde eres, cuanto tiempo llevas aquí etc, uno hasta me dio su teléfono, cosa también bastante corriente en Etiopía. Bueno, a las 11 fuimos a desayunar, típico desayuno etíope, pan y te, Yenensh que es muy devota bendice el pan y la mesa antes de empezar.
Poco a poco el sol va subiendo, y con él el calor, Addis está a 2500mts de altura, y por ello las mañanas y las noches son frías, pero el día muy caluroso, nosotras seguimos trotando por el mercado sin parar hasta las 4 de la tarde con el trozo de pan en el estómago, yo, que ya me conozco que los Etíopes no pasan hambre, me había traído unas galletas, que sólo saqué cuando estábamos las tres, ya que me da mucha pena sacar comida delante de gente que se que no tiene que comer. Asunto diferente es el agua, nosotros sólo podemos beber agua embotellada, pero aunque yo tenga una botella, no puedo beber sin ofrecerles a ellas, si ellas beben ya no puedo beber yo,( por las posibles enfermedades que podemos coger, gran parte de la población tiene tuberculosis)no es la primera vez que se presenta este dilema. En fin, yo deshidratada, quemada por el sol y hambrienta, en el lugar donde teníamos que encontrarnos con Tedros, nos sentamos en el suelo, en un momento dado, Yénensh se pone de pié para darme sombra, y se quita el pañuelo de la cabeza y me lo pone a mi para que no me diera el sol, esta gente tiene detalles de una generosidad increíble que a veces hace que se te ponga un nudo en la garganta. Cuando por fin llegó el coche donde habían 2 botellas de agua empiezo a beber como una loca y para mi sorpresa ninguna de ellas bebió, creo que ya he contado que muchos etíopes se han acostumbrado a vivir con un solo vaso de agua al día, es increíble, tampoco se quitaron la chaqueta en todo el día, y esto hemos llegado a la conclusión de que es porque no tienen suficiente energía en el cuerpo para mantener el calor, así que aunque haga un calor tremendo, los Etíopes nunca se quitan los suéter las rebecas y las chaquetas. Después de una comida de Enyera, el plato típico,emprendemos el regreso a casa, con la satisfacción de haber comprado casi todo lo que necesitábamos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Si hubiese muchas personas voluntarias, como Ana Seco, que trabajen desinteresadamente en estos países, crucificados por la hambruna, la sequía, la enfermedad y la ignorancia, creo que habría menos inmigrantes que se arriesgan para venir al "paraíso" y no encontrarlo...

Diario de la Inmigracion dijo...

Ana Seco es una joven perteneciente a la Parroquia de Santa Catalina (Salesianos), pintora, diseñadora, etc., y con grandes inquietudes sociales. Fué un año a Etiopía, como voluntaria, para ayudar en las misiones salesianas, y acaba de volver otra vez. Hace una labor muy bonita entre las etíopes y es muy interesante leer sus crónicas desde allá. ¡Suerte Ana! ¡que Dios te acompañe y te bendiga!

Blanca dijo...

Hola Ana
Soy Blanca. Nos conocimos en Addis cuando fuimos a por nuestro hijo. Y este septiembre volví a verte. Si lees esto, envíame un email. Me encantará saber de ti.
Besos y buena suerte
Blanca
PD: Recuerdos de nuestra familia a Nieves

Diario de la Inmigracion dijo...

Hola, no soy Ana, pero le envié tu comentario. Ana (supongo que te refieres a Ana Seco) creo que está en Alejandría. Su correo es anaseco@anaseco.com
Gracias por entrar en el Blog.

Blanca dijo...

Gracias por el email de Ana.
Un beso
Blanca