lunes, diciembre 03, 2007

El 'fin' de las bombas de racimo

El Mundo. A Chang Neing parecía sonreírle la vida por primera vez cuando cumplió los 16 años. Huérfano desde los dos meses de edad, criado por uno de sus tíos y trabajador desde muy temprano para colaborar con la economía familiar, este joven camboyano sintió -junto a su hermano mayor- que por fin la vida le era favorable en la provincia de Ondou Mean Chey. Tenían trabajo y habían decidido construirse su propia casa.

No hay comentarios: