
El Mundo. Una alimentación pobre durante el embarazo y la infancia tiene consecuencias a largo plazo que muchas veces son irreversibles. Un tercio de las muertes de niños menores de cinco años de debe a la malnutrición que sufren ellos mismos y sus madres. Pero hay más, los que sobreviven a esta situación, se convierten en adultos peor educados, con menos ingresos, menos capacidad de trabajo y más propensos a padecer enfermedades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario