No aparecen en las listas de ninguna embajada. No existen. Miles de trabajadores africanos esperan en el puerto de Bengasi que alguno de los barcos que llega estos días les lleve a un lugar seguro. Muchos de ellos no tienen papeles y llegaron al país árabe aprovechando la política de puertas abiertas de Gadafi en los noventa, otros como el nigeriano Okoye Obikuwu tienen todo en regla, pero no les ha servido de nada. «Llevo más de un año trabajando noche y día, me han explotado como a un animal y ahora me dejan aquí tirado, por favor que alguien nos ayude», suplica este joven, al que la revolución le ha dejado con lo puesto. Una camiseta del Chelsea y el buzo de trabajo es todo lo que tiene. «Mi jefe me avisó que saliera de casa de forma urgente y no me dio tiempo de coger nada. Lo he perdido todo, hasta los ahorros de todo un año», lamenta.
Etiopía 2018- dos semanas..
Hace 6 años
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