domingo, noviembre 30, 2014

El lastre colonial que pagan África y Melilla

RAQUEL VILLAÉCIJA / ALBERTO ROJAS Actualizado: 30/11/2014 05:14 horas 18 En las hogueras del monte Gurugú, la sala de espera de la inmigración sin papeles hacia Europa, cientos de cameruneses, senegaleses, malienses, nigerinos y guineanos se sientan al fuego y se entienden entre ellos hablando el idioma de sus antiguos colonos: el francés. Según datos no oficiales del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (Ceti) de Melilla, tres de cada cuatro subsaharianos que superan la valla de Melilla proceden de ex colonias galas que, tal y como denuncian varias ONG, siguen pagando los costes de la descolonización a la antigua metrópoli: París. Un informe de la web de investigación Silicon Africa revela que en 14 países (Camerún, Senegal, Níger, Mali, República Centroafricana, Chad, Congo-Brazzaville, Togo, Benin, Burkina Faso, Gabón, Comoras, Guinea-Conakry y Costa de Marfil) aún quedan residuos de las tasas abusivas derivadas de las condiciones impuestas por los gobiernos de Charles de Gaulle y de Georges Pompidou (1958-1974) para dejar libres a las antiguas colonias. En algunos casos, como asegura esta publicación, el 40% de la riqueza nacional debía ser devuelta a Francia en concepto de infraestructuras construidas por los gobiernos de París. Como no podían pagarlo de golpe, el Elíseo decidió que el pago se aplazaría año a año. Según Silicon Africa, esta deuda aún sigue cobrándose a través de contratos de explotación de recursos naturales en exclusiva, presencia militar e incluso pago de tasas económicas. La organización dice que resulta imposible conocer la cuantía real de toda la recaudación, pero incluye en ella explotaciones mineras y ventajosos contratos comerciales. Y sostiene que el 85% de las reservas de estos países sigue controlado por el Banco de Francia. Silicon Africa y organizaciones no gubernamentales como Survie creen que, teniendo en cuenta las enormes dificultades de estas naciones -algunas de ellas, como Níger, Chad o Camerún, están entre las más pobres del mundo-, resulta difícil superar la falta de oportunidades y el desempleo rampante, dos de las razones que empujan a los jóvenes a la inmigración hacia la frontera sur de Europa. 'Tribuna polémica' El Ministerio de Exteriores francés, que califica la investigación de Silicon Africa de "tribuna polémica", asegura a EL MUNDO que esta supuesta tasa colonial de la que habla la organización es un mecanismo monetario por el cual las antiguas colonias que querían seguir utilizando la moneda colonial francesa (el franco FCA) "aceptaban dar sus reservas de cambio al Banco de Francia como contrapartida para que París garantizara la paridad de esta moneda con el franco francés". "Se trata de un mecanismo lógico que se puso en marcha en otras zonas de cooperación o donde existe la unión monetaria", explican en Exteriores. Aseguran también que algunos países que optaron por mantener su propia divisa, como es el caso de Guinea, la siguen conservando, y que muchos otros que se salieron del FCA, como Mali, se arrepintieron."Hoy es más práctico para todos los países tener una moneda común, uno de los elementos que contribuyen a crear una verdadera integración económica regional", dicen. El Ministerio de Exteriores francés se niega a comentar otros aspectos de la denuncia de Silicon Africa. Según esta organización, el contrato con estos países africanos incluía las siguientes obligaciones: "Derecho de Francia a explotar como único socio comercial los recursos naturales de estos países; prioridad de establecimiento de empresas francesas; contratos en exclusiva para venta de material militar; derecho de la antigua metrópoli de desplegar sus tropas; uso del francés como lengua oficial; utilización de la moneda colonial francesa (franco FCA); envío cada año de las cuentas anuales a Francia; renuncia de estos países a entrar en ninguna alianza militar sin permiso de Francia, y alianza obligada con París en caso de crisis global". Empresas francesas que se benefician Además, otras organizaciones africanas denuncian que grupos empresariales franceses se han beneficiado de esas condiciones. Por ejemplo, el grupo petrolífero Total está presente en los países de la Françafrique que poseen oro negro, como Gabón. Lo mismo ocurre con el grupo de comunicaciones Bolloré, que está en muchos países del continente, o el conglomerado nuclear Areva, que extrae del paupérrimo Níger parte del uranio que alimenta las centrales nucleares europeas. El actual presidente del país, que dio un golpe de estado hace tres años, es ex directivo de la compañía. Con más de 50 años de despliegues militares en África, el Imperio Francés nunca descolonizó del todo. Desde la operación Bouledogue en 1961 hasta las más recientes de Mali o República Centroafricana, los franceses han participado en 27 conflictos, algunos tan controvertidos como el genocidio ruandés en 1994, en el que el presidente Mitterrand envió dos divisiones de paracaidistas. Hoy aún posee casi 10.000 soldados desplegados en sus antiguas colonias. Esta política no sólo es duramente criticada en África. También en Francia hay organizaciones que denuncian este "neocolonialismo económico". Una de ellas es Survie, que define la Françafrique como "la criminalidad secreta en las altas esferas de la política francesa y la economía, en una especie de República subterránea que se oculta a la vista". Survie denuncia que estas relaciones económicas entre Francia y sus ex colonias no son transparentes ni todo el dinero que mueven es limpio. La organización Survie condena el "control militar y económico" que ejerce Francia sobre la Françafrique, en concreto con la presencia de soldados en determinados países «con una motivación que a veces es económica", así como "el apoyo político a determinadas dictaduras", según denunció a EL MUNDO Thomas Noirot, miembro del consejo de administración de Survie y autor del libro Françafrique, la famille recomposée. También en las no colonias Noirot denuncia la manipulación de la moneda, que se acuña en Francia, y "el derecho preferencial e institucionalizado que tienen algunas empresas galas a los recursos naturales en algunos de estos estados". También explica que, en su intento por expandir su área de influencia en África, París está aumentando su presencia en países que no fueron colonias, como Ruanda o Burundi, dejando antiguo el concepto de Françafrique y "creando el área de la Francophonie", es decir, países en los que se habla francés, con vínculo histórico o no. Se da la circunstancia de que, durante este fin de semana, hasta 35 mandatarios internacionales se reúnen en Dakar (Senegal) para participar en la XV Cumbre de la Organización Internacional de la Francofonía, que agrupa a países que usan el francés como lengua. Survie denuncia que, en septiembre de 2011, el poderoso asesor presidencial Robert Bourgi reveló, provocando un gran escándalo, que Jacques Chirac y su primer ministro, Dominique de Villepin, presuntamente cobraron durante 25 años importantes sumas de dinero de líderes africanos para financiar sus campañas electorales, como antes habrían hecho Valerie Giscard d'Estaing y George Pompidou. Más recientemente, Nicolas Sarkozy ha recibido también estas acusaciones. Entre las bambalinas de la política europea, ésta es una de las razones que España esgrime para exigir a la UE más implicación en la protección de la frontera de Ceuta y Melilla. Si la gran mayoría de personas que saltan la valla proviene de países de la Françafrique (excluyendo a los nigerianos, de colonización británica y a sirios y argelinos, que entran sin papeles, pero de manera diferente), el Gobierno de Mariano Rajoy considera que Francia y la Unión Europea deberían implicarse más para evitar ese enorme flujo migratorio, porque proviene de países con los que comparte algo más que un pasado en común. En el siglo XIX, los franceses buscaban conquistar África de oeste a este, mientras que los británicos quisieron hacerlo de norte a sur. Fueron dos colonizaciones (y descolonizaciones) bien distintas. Dice el célebre reportero estadounidense John Lee Anderson que, cuando Londres decidió hacer las maletas, no quedó un solo inglés, pero los franceses nunca se fueron del todo. Las nacionalidades del Ceti de Melilla MALI. Según fuentes del Ceti, es el país de procedencia de la mayoría de los inmigrantes que saltó la valla de Melilla en 2013. El 36% que utilizó este método procede de allí. GUINEA CONAKRY. El 22% de las personas'sin papeles' que entró ilegalmente en España lo hizo desde la República de Guinea, el noveno país más pobre del mundo, afectado ahora por el ébola. CAMERÚN. Un 5,9% de los que saltan vienen de este país, más alejado de Melilla que el resto. Por tanto, los inmigrantes dejan mucho más dinero a las mafias de lo que pagan, por ejemplo, los senegaleses. SENEGAL. Hay inmigrantes senegaleses entre los que saltan la valla de Melilla, pero son minoría. Ellos usan más las vías marítimas en cayuco o la patera para llegar a Canarias o al Estrecho. CHAD. Los chadianos representan aproximadamente el 5% de los inmigrantes 'sin papeles' que saltan la valla. Su ruta a través de Níger y Libia es de las más duras y peligrosas. COSTA DE MARFIL. Su lejanía respecto a Melilla es mayor, pero eso no impide que los grupos de marfileños viajen hasta el Gurugú por la costa occidental de África. No representan más del 3% del total. NÍGER. Es uno de los países más pobres de la tierra, pero sirve a Francia de reserva minera de uranio, materia prima imprescindible para el combustible de sus centrales nucleares. Son un 3% del total. BURKINA FASO. La inestabilidad del país desde la caída del dictador Compaoré y la falta de oportunidades para los jóvenes hacen que muchos vean en el viaje a Europa la única salida. Atraviesan el Sahara y el Sahel. http://www.elmundo.es/espana/2014/11/30/547a1f34268e3ef2328b456c.html

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