sábado, julio 24, 2010

El arraigo se vive, no se estudia

CARMEN PÉREZ-LANZAC
Los inmigrantes que residen en Getafe (Madrid) tienen motivos para estar inquietos cuando solicitan la nacionalidad española. Aunque cumplan los requisitos que marca la ley -determinados años de residencia o acreditar buena conducta cívica, entre otros-, a buen seguro tendrán que responder a un cuestionario que elabora personalmente el juez José María Celemín, responsable del Registro Civil del municipio madrileño.
El objetivo, se supone, es dilucidar si los solicitantes están lo suficientemente integrados como para merecer la nacionalidad española. Pero la complejidad de algunas preguntas -¿Qué sucedió en España en 1704? ¿Cómo se llama el presidente del Congreso? Cite tres escritores de la posguerra- ha desatado recelo entre asociaciones de abogados, inmigrantes y medios de comunicación.

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