LUIS DE VEGA / ENVIADO ESPECIAL A HAITÍ
El paso de Malpasse —a unos 75 kilómetros al este de Puerto Príncipe—es el más transitado de Haití. De fondo suenan bachatas a todo volumen en el restaurancito haitiano Chez Lourdi . Cien metros más allá, una cancela azul que abren miembros del Cesfront —cuerpo dedicado al control fronterizo— armados con fusiles permite poner los pies al visitante en Jimaní. Basta el soborno con unos cuantos gourdes, entre 50 y 100 (1 o 2 euros), para que los militares de la verja hagan la vista gorda, comenta un policía extranjero que conoce bien la frontera.
El paso de Malpasse —a unos 75 kilómetros al este de Puerto Príncipe—es el más transitado de Haití. De fondo suenan bachatas a todo volumen en el restaurancito haitiano Chez Lourdi . Cien metros más allá, una cancela azul que abren miembros del Cesfront —cuerpo dedicado al control fronterizo— armados con fusiles permite poner los pies al visitante en Jimaní. Basta el soborno con unos cuantos gourdes, entre 50 y 100 (1 o 2 euros), para que los militares de la verja hagan la vista gorda, comenta un policía extranjero que conoce bien la frontera.
2 comentarios:
Siento en este momento una tremenda repulsión y asco...
Es absolutamente deplorable el tráfico de niños y advierto... No está ocurriendo solo en Haití, es una práctica que ya se denunció en otros países...
El tráfico de órganos existe, se está consintiendo y mi opinión es que no se persigue de una manera contundente... después de todo, somos nosotros, los de los países ricos, los que nos aprovechamos de órganos de niños de países pobres...
Esa es la realidad... Y da asco... Los beneficiarios en cualquier caso supongo que tendrán que vivir con ello... o malvivir como ser humano...
Tremendo. Efectivamente, no es solo en Haití...Hace muy poco, también en Mozambique, y sabe Dios en cuantos sitios más y uno ni se entera. Efectivamente, da horror solo pensarlo.
Si el mundo fuese un pelín más justo y lás personas más dignas... pero... ¡chiquita utopía...!
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