Las playas del desespero

Texto de Daniel Bonet
Fotos de Sergi Cámara/ Pandorafoto
Huyen de Etiopía y de Somalia, de la miseria y de la violencia sin fin, atraídos por los mil y un cuentos de prosperidad de las monarquías árabes. Es un éxodo comparable al de las pateras y los cayucos que zarpan del otro extremo de África hacia España y Europa. En las playas de Yemen terminan trágicamente las esperanzas de muchos.

Nunca ha sido obstáculo la mar para buscar un mejor futuro. Pero muchas veces ha frustrado los sueños. Y en las playas de Yemen, desde hace unos años, terminan de forma abrupta las ilusiones de muchos somalíes y etíopes que escapan de la violencia, la pobreza y la desesperación. Ni son marineros ni disponen de un barco adecuado para cruzar los 300 kilómetros de mar del golfo de Adén. Ni siquiera la mayoría sabe nadar. Pero consideran que no tienen otra opción. Sobrevivir siempre ha sido una aventura para estas personas. No les importa afrontar la última, aunque muchos nunca llegarán a superarla. Es la emigración del desespero.