domingo, febrero 02, 2014

Mingo Venero, el objetivo comprometido


Domingo Venero, finalista del Premio Internacional Luis Valtueña de Fotografía Humanitaria de Médicos del Mundo, pone en primer plano los rostros de los inmigrantes subsaharianos que llegan a Marruecos con la esperanza de dar el salto a Europa
El Pais.
Estaba especializándose en fotoperiodismo en Barcelona en 2007 cuando conoció a un grupo de inmigrantes "de los que llegaban a Canarias y los llevaban a otras ciudades", recuerda. Empezó narrando su día a día allí, para mostrar cómo viven en Europa. Pero pensó que no era suficiente, quería retratar el camino e incluso cómo era su vida en sus países de procedencia. Empezó su propio periplo a Marruecos para convivir y contar en imágenes el drama de la inmigración y ya planea viajar más al Sur. "Hago el camino al revés hasta llegar al origen", detalla. Venero se considera un fotógrafo comprometido y, pese a su herramienta de trabajo, nada objetivo. Por el camino, algunos de los inmigrantes comparten sus sueños con él y acaban convirtiéndose en amigos con los que mantiene contacto. "Por encima de cualquier historia están las personas. Y sí, la finalidad de este trabajo es ayudarles, no directamente, pero si denunciando su situación. Algunos son asesinados por las fuerzas policiales y a diario ves brazos y piernas rotas", recuerda. Una serie fotográfica que realizó en su último viaje en marzo de 2013 le ha valido ser finalista del XVII Premio Luis Valtueña de Fotografía Humanitaria de Médicos del Mundo. "Estoy muy agradecido, esto dará visibilidad al trabajo", dice de este proyecto personal que se costea gracias a otros empleos y que comenta para EL PAÍS con un relato muy personal. "Los fotoperiodistas debemos ser conscientes que por nuestros propios medios no podemos cambiar las cosas y que no podemos prometer a las personas que protagonizan nuestras historias que les va a llegar una ayuda directa. Cambiar el mundo es imposible, pero mostrar lo que ocurre en él sí está a nuestro alcance. Y remover las conciencias de los que pueden cambiar las cosas", zanja. Texto: Alejandra Agudo

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