domingo, abril 19, 2009

Niños logran resurgir desde la basura


A sus 12 años, Fernando crece perseguido por el olor de lo desagradable. Desde los 9 aprendió que para comer hay que “arrimar el hombro”, tal como le enseña su padre Manuel. Así es que Fernando lo arrima. Lo pone bajo montañas interminables de frascos de colas vacías, cartones de Mc Donalds sin hamburguesas dentro, pero embarradas de mayonesa putrefacta, botellas de licor quebradas que le han marcado los brazos y hasta de agujas con restos de sangre que llegan al botadero a cielo abierto que hay en Samborondón.

No hay comentarios: