lunes, julio 27, 2009

Policías de Vigo vigilan la costa de Senegal para frenar la inmigración

M. OLIVA - vigo -
Detrás del ordenador se escucha la voz de Sergio Iglesias, el benjamín y mecánico del equipo, que participó por primera vez en la misión y que ha regresado enamorado de las gentes y la cultura senegalesas. ‘Nunca conocí personas iguales, prefieren quedarse sin nada para poder compartirlo con los demás’ dice mientras da vueltas a la pulsera artesanal que compró en un puestecillo ambulante de la calle. Y es que como recuerdan, en Dakar todo se compra en la calle.

2 comentarios:

Beatriz Ruiz dijo...

Bueno... ellos han sido atrapados por la magia de Senegal... al igual que yo, que recién llegada de ese maravilloso país... todavía no soy capaz de entrar en mi realidad...

Es difícil describir a esos seres humanos, pero puedo asegurar que su corazón se siente bien próximo, su sonrisa te llena y su cordialidad está por encima de problemas y sufrimientos...

chity dijo...

Totalmente de acuerdo contigo. Yo también estuve allí (menos tiempo que tu) pero sus gentes son maravillosas. Si quieres compartir tus sentimientos sobre ese maravilloso país, uno de mis alumnos es senagales y es una persona encantadora. ¡Te lo presentaré, cunado cruces el charco!