viernes, agosto 28, 2009

Sacar a un niño de la basura


Paloma Díaz Sotero | Samborondón (Ecuador)
El hedor del vertedero de Samborondón marea al principio y, cuando se lleva allí un rato, a rachas. Depende de las ráfagas de viento y los turnos de la compactadora de basura, que la revuelve, la mueve y la aplasta. Más incómodas son las moscas verdes y corpulentas. Pero, para tétricos, esos pájaros grandes y negros que escarban con sus picos y que aquí llaman gallinazos.

1 comentario:

María dijo...

Estas cosas, afortunadamente, no pasan en Europa. Y desgraciadamente, son muy normales en Sudamérica. Hora es de que se les ayude, y, sobre todo, de que la gente no proteste cuando vienen emigrantes de esos países, pues el mismo derecho tienen a una vida digna, que tenemos nosotros. Eso es algo que no debería estar permitido. Y los Gobiernos hacen la vista gorda. ¡Mundo!