
Desde el pasado 13 de diciembre, unos 300 inmigrantes y activistas de derechos humanos se encuentran en huelga de hambre para denunciar la lenta "burocracia xenófoba" de la administración italiana.
Los dilatados tiempos de espera en los trámites de renovación y concesión de permisos de residencia y trabajo, que pueden tardar hasta un año, son la causa de la protesta.
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