Al parecer los pasajeros eran víctimas de una de las redes de tráfico de personas que favorecen la entrada irregular a Australia de inmigrantes procedentes de Indonesia, Sri Lanka, Irán, Irak y Afganistán, entre otros países.
"Es un comercio malvado, pero creo que los australianos estamos respondiendo de acuerdo a los Derechos Humanos", dijo Gillard, en referencia a la polémica que se ha desatado tras el accidente por el flujo ilegal de personas hacia la isla.
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