Llega una edad en la que los bolivianos tienen que elegir lo inadmisible:
emigrar o sumarse al desempleo y a la informalidad.
El movimiento
emigratorio lejos de ser voluntario es forzado por las condiciones internas. En
general, ningún departamento ofrece suficientes fuentes de trabajo para absorber
a los 120.000 jóvenes que se incorporan anualmente a la fuerza del trabajo, la
reproducción del empleo público es insuficiente y clientelar. Los frenos a la
inversión interna e internacional cierran oportunidades, lo que estimula la
“huida” del país de sus recursos humanos en edad emprendedora. La mayoría de los
jóvenes al no visualizar un futuro prometedor dentro del sistema económico
social imperante frustran sus expectativas porque saben que no lograrán superar
sus carencias, el resultado es que la pérdida de esperanzas en la evolución
económica del país favorece la emigración. Al ser difícil identificarse con
algún proyecto futuro, eligen fortalecer la mano de obra barata en otros países.
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http://www.opinion.com.bo/opinion/articulos/2012/1003/noticias.php?id=73179
Etiopía 2018- dos semanas..
Hace 6 años
1 comentario:
Muy buenoooo!!!!!!
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