Una flotilla de balsas de juguete ha zarpado en las últimas semanas de Marruecos
con pequeños grupos de subsaharianos a bordo. Sentados en la borda, reman a la
desesperada, casi siempre de día, luchando contra las olas y el viento y
achicando agua. Un viaje peligroso en una embarcación que está pensada para
jugar en la orilla. El método es arriesgado, pero barato, y tiene una ventaja:
los inmigrantes organizan el viaje por su cuenta y esquivan a las mafias, que
cobran una media de 900 euros por persona para hacer la travesía en una patera a
motor. Los bazares del norte de Marruecos han visto el negocio y han disparado
el precio de las lanchas.
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http://politica.elpais.com/politica/2012/12/09/actualidad/1355075963_476633.html
Etiopía 2018- dos semanas..
Hace 6 años
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