MARÍA MARTÍN - Madrid Arrancar una sonrisa a Mor Ndiaye, un senegalés de 35 años, era casi imposible hace unos meses. Caía sobre él una condena por un delito contra la propiedad intelectual. Vendía discos en el top manta, tenía una condena por ello, y si la policía le cogía le expulsarían de España por un periodo de 10 años. Pero hace una semana recibió la noticia que llevaba esperando desde hace casi tres años: el Consejo de Ministros ha aprobado su indulto. Mor, ahora, bromea y ríe. "Estoy feliz", dice.
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