sábado, agosto 29, 2015

Un drama que no cesa: se ahogan en Libia otros 200 “sin papeles”

La inmigración ilegal hacia la Unión Europea.Fue al naufragar dos botes con 450 indocumentados que viajaban a Italia. Hallaron 100 cadáveres y hay un centenar de desaparecidos. Ya murieron 2.500 personas en lo que va del año en aguas del Mediterráneo. El mar se tragó la madrugada del jueves al viernes a otros 200 “sin papeles” que intentaban llegar a Europa. Si un día se secara el Mediterráneo entre Libia e Italia, aparecería una masiva fosa común. La peor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial está dejando un reguero de víctimas, desesperados que tratan de huir de sus países en guerra y de satrapías en África y Oriente Medio para asentarse en Europa. Ante una situación nunca vista en 70 años, la respuesta europea, después de que la mayoría de los gobiernos rechazara el sistema de cuotas que propuso la Comisión Europea para repartir a los refugiados, sigue siendo una cacofonía. Alemania calcula que este año podría recibir hasta 800.000 peticiones de asilo, el país que más acogidos tiene seguido por Suecia e Italia. Y aunque casi la mitad serán rechazadas porque son de ciudadanos de los países balcánicos, el gobierno de Angela Merkel dijo que aceptará todas las peticiones de ciudadanos sirios. Siria es el principal foco de huida en masa de estos desesperados. Los nuevos ahogados habían partido en dos botes regenteados por mafias del puerto de Zauara, en la costa libia. Zozobraron en las aguas de ese país, en tránsito a Italia, con sus 450 “sin papeles” a bordo. Ayer habían aparecido cien cadáveres y otro centenar estaba desaparecido, según la ONU. Se habían rescatado 250 sobrevivientes. Mientras Alemania abre la puerta a pesar de los ataques xenófobos contra centros de acogida de indocumentados, muchos países europeos miran hacia otro lado, hablan de movilizar a los militares como si se tratara de una crisis de seguridad y no de refugiados y apuntan al endurecimiento de sus normas de asilo. Los países de Europa del este y España son los más duros. Eslovaquia y Polonia dijeron que sólo aceptarían refugiados si son de creencia cristiana. El presidente checo Milos Zeman decía a principios de semana que la UE debería formar un Ejército común “para protegerse” de los migrantes, cerrar a cal y canto las fronteras exteriores y pedir ayuda a la OTAN. Frontex, la agencia europea de fronteras, cuenta que unas 340.000 personas llegaron a Europa desde enero a junio. El año pasado fueron 123.500 en el mismo período. Más de 2.500 murieron intentándolo. Europa discute pero sigue enfrentando la crisis por separado a pesar de que en el interior del continente ya no hay fronteras. Londres pone el grito en el cielo porque en el puerto francés de Calais llegó a haber 3.000 migrantes que esperaban llegar al Reino Unido. Berlín le recuerda que, por cada refugiado que el Reino Unido ha aceptado en lo que va de año, Alemania aceptó a 27. Alemania por su parte suspendió la aplicación del Protocolo de Dublín, que dice que los refugiados deben solicitar asilo en el primer país europeo que pisan. Casi ninguno pide asilo en Grecia y muy pocos en Italia, porque saben que las posibilidades de ser aceptados son mucho mayores en Alemania o en los países nórdicos. Merkel pidió el jueves la “solidaridad” de sus socios europeos. La jefa del gobierno alemán dijo que “el mundo nos está mirando y tenemos que mostrar que podemos solucionar esto”. La solidaridad que pide Merkel sería para ayudar a los países que están haciendo frente a un flujo diario de más de 3.000 personas desesperadas y para repartirse a los refugiados. Pero, salvo Berlín, el resto de las grandes capitales guardan silencio mientras por Grecia ya entraron este año más de 200.000 personas y por Italia más de 100.000. Los gobiernos están reaccionando con las tripas. Macedonia declaró el estado de emergencia por el caos en sus fronteras. Hungría construye una valla de alambres de 175 kilómetros para cerrar toda su frontera con Serbia. A los refugiados que van pasando los interna en campos que las ONG denuncian por la falta de condiciones más básicas hasta registrarlos para dejar que sigan hacia el norte, hacia Alemania, donde parecen confluir casi todos los caminos. Bulgaria movilizó tropas y blindados para sellar su frontera con Macedonia y Rumania aseguró que haría algo similar para asegurar la suya con Serbia. El acuerdo de Schengen –el espacio europeo de libre circulación de personas–, uno de los pilares del bloque, podría estar en peligro si sus países no se reparten a los refugiados. El canciller italiano Paolo Gentiloni dijo al diario Il Corriere della Sera que “tal y como están sucediendo las cosas, hay riesgo de que se ponga en duda la existencia de Schengen y tengamos que volver a las viejas fronteras”. En junio, en una cumbre que acabó a los gritos, el primer ministro italiano Matteo Renzi había dicho: “Si esto es Europa, se la pueden quedar”. http://www.clarin.com/mundo/Europa-inmigracion-refugiados_0_1420658381.html

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