JAVIER SÁNCHEZ HERRADOR
Lo ideal sería que cualquier persona pudiera vivir dignamente en su país de origen y no tuviera que emigrar obligado por la miseria y una existencia sin expectativas. En ese ámbito de los principios la mayoría estamos básicamente de acuerdo, sin embargo el problema llega cuando hay que pasar de los deseos a los hechos, de la teoría a la realidad.
En el asunto de la inmigración, como en tantos otros temas, es más cómodo quedarse en el campo de las intenciones y de las ideas, en ese espacio donde aparentemente no existen las dudas porque no somos interpelados por los acontecimientos que nos rodean. Resulta fácil, por ejemplo, proclamar la fraternidad mundial o la apertura de las fronteras nacionales, pero, eso sí, allá se apañe al que le toque solucionar los conflictos que genera el problema real.
Etiopía 2018- dos semanas..
Hace 6 años
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