MIGUEL MORA - Roma
La tensión y la rabia de los 5.000 habitantes de Lampedusa, la isla italiana que ha recibido desde el 1 de enero a 18.500 inmigrantes procedentes de Túnez y ahora también de Libia, explotaron ayer después de un mes de desembarcos, que aumentan en número cada día. El Gobierno italiano, que hasta ahora se había limitado a lanzar proclamas populistas en el mejor estilo Liga Norte sin hallar soluciones reales a la emergencia, se vio ayer forzado a anunciar que abrirá cuarteles y campamentos en todas las regiones del país salvo en los Abruzos (afectada por el terremoto de 2009).
Foto:GIORGIO COSULICH (GETTY)
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