Por Libertad_gg
Viernes, 10 de Agosto de 2012
La emigración nos llama como las nereidas a los marineros en las ismas aguas turbias. El respeto hacia los que ya emprendieron ese viaje se acrecienta y cada vez más familias siguen el camino de nuestros abuelos.
Necesidad. Miedo. Esfuerzo. Abandono. Ausencias. Cinco palabras que se deshojan de las letras para pasar a ser sentimientos reales y próximos. Cuándo nada queda de la grandilocuencia y magnitud imperante a principios de este siglo, cuándo los frutos vuelven a oler a podrido y los gusanos se deslizan por nuestra suerte, volvemos de nuevo al pasado. Retrocedemos a la generación de nuestros abuelos, nos aproximamos más pronto que tarde, con una opaca venda en los ojos, secuestrados de nuestro tiempo y trasladados a un mundo anterior, pero no pasado.
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2 comentarios:
Aqui se habla de emigrantes españoles, no de inmigrantes africanos,europeos o sudamericanos. Hay que ver que diferencia al hablar... ¿No son todos hijos del mismo Padre? ¿No tienen todos el mismo derecho a mejorar...?
En fin... sin comentarios.
Si. Normalmente el rasero no es el mismo para emigrantes que para inmigrantes...
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