El CETI, sala de espera a la Península

Paqui Sánchez | Melilla
Incertidumbre y tranquilidad relativa. Son los sentimientos encontrados que tienen en común los cerca de 900 habitantes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla. Incertidumbre, porque no saben si podrán quedarse en España o serán devueltos a sus países. Tranquilidad, porque este centro les permite tener un techo, comida, vestuario y asistencia sanitaria tras meses o incluso años recorriendo media África en busca del sueño europeo. Pero esta tranquilidad no llega a ser completa, porque la mayoría de los inmigrantes que esperan en el CETI se encuentran con pocas opciones de hacer lo que en realidad les había llevado a abandonar su casa, su familia y su país: trabajar.
Muchos lo intentan haciendo labores de limpiacoches en las calles de Melilla o cargando las bolsas de la compra en la puerta del supermercado a cambio de unas monedas. Uno de ellos, que no quiere revelar su nombre, reconoce las atenciones que reciben él y sus compañeros en el CETI mientras se esmera en limpiar los restos de la lluvia y el barro de la carrocería de un coche.
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http://www.elmundo.es/elmundo/2012/11/11/espana/1352597686.html