
La disposición de un individuo para defender la integridad personal de otro, atendiendo el llamado de sus propios principios éticos y humanos, muchas veces poniéndose a sí mismo en peligro y contradiciendo públicamente las leyes, costumbres y opiniones dominantes de una sociedad, es definida por muchos como “amor al prójimo”. Otros la llaman, simplemente, “coraje civil” y salen a protestar cuando el Estado amenaza con castigarlos por ayudar a quien, a su juicio, lo necesita.
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